La gente de rancho por lo general es muy humilde. La gran mayoría al pisar por primera vez una ciudad se espanta. No se la actitud de los perros ante tanto desmadre pero lo que veo cuando a un perro lo sacan a pasear el guey por lo general esta contento ya que esta explorando cosas nuevas. Eso no pasa con la gente de rancho, por lo general se asustan.
Eso le ocurrió a un guey que trabajaba y era oriundo de Linares. Al guey ese se le ofreció jale en la ciudad. Recuerdo que cuando vino por primera vez era la hora pico cuando íbamos en Barragán. A esa hora por lo general los carros van hechos madres y como están en línea recta se ve chido como van y vienen por que son demasiados si uno los ve estando arriba de algún puente. Bueno, el guey ese al ver esa situación tenia la cara de espanto. Nunca había visto tanta cantidad de carros andando al mismo tiempo en su vida. Llegamos al jale y después se le dio casa en una colonia rumbo a fresnos. No pudo dormir toda la noche por los “ruidos” de la colonia. Al día siguiente no quiso jalar ya que se excuso que no le había gustado la ciudad y que le daba miedo la colonia donde estaba, siendo que la colonia era de lo mas normal y sin problemas de inseguridad.
Otro caso en esta ocasión de ignorancia fue cuando el Diokyz pasaba por Barragán con unos parientes recién llegados de Iturbide. El Diokyz les menciono que se prepararan para cruzar la avenida y los parientes se levantaron la bastilla del pantalón por que pensaron que cruzarían un arroyo o rio, que así le dicen en su rancho… “Avenida”.
La ignorancia es cabrona como la del Sr. Rodríguez, que dirigiéndose a Monterrey por primera vez la dirección estaba a su izquierda y sabia que para ese rumbo quedaba. El guey espero a que pasara el Autobús al lado de la carretera por donde el bajo de la sierra, del lado izquierdo del camión. Cuando se paro el autobús el guey al no ver puerta del lado izquierdo se quiso trepar por una de las ventanillas asustando a los pasajeros.
Cuando se te atraviesa la civilización en el Rancho no falta un Don Pablo, que cuando era niño veía los bochos a lo lejos en la carretera Matehuala-San Luis y los correteaba según el para jugar con ellos ya que los veía chiquillos.
Los extravagantes como el Diokyz al sentirse normal, o por que no decirlo en los 20’s, que varias veces se trajo chivos de Iturbide en el Autobús de primera, ya ni siquiera en segunda. Eso no en jaula, sino en un costal dentro del autobús en los asientos no en el área de equipaje.
Cuando llegas a la ciudad y que eres de Rancho siempre estas al alba para salvaguardar tu seguridad, como lo fue con un empleado del Trevis que cuando la esposa del Trevis levanto una tina salió un sapo y hecho un grito normal de una vieja espantada, grito que le provoco al guey correr hecho madre del susto.
29 de julio de 2008
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