No tenía lana. Andaba así desde hace unas semanas y técnicamente Fabela me financio el boleto vía el Pato. La verdad no me llamaba mucho la atención ir a la tocada y había una cosa mas, me había olvidado por el momento de la pinche juventud alocada que tuve.
Salimos de la casa de Pato a las 6:20. Se supone el Tokin como me refería al evento empezaría a las 7. Había tiempo de sobra para llegar. Alcoholizados en Morones Prieto sin haber ido a la Huasteca en mi perra vida sabía como llegar y se me olvido agarrar un atajo. El atajo se debía por el hecho de que había un chingo de fila para llegar a la entrada del parque, una fila de 4 kilómetros. Me llamo Marco diciéndome que si ya había empezado el evento a lo que le conteste que ni siquiera estábamos en el lugar. El estando en Apodaca perdió la esperanza de llegar a tiempo y opto por dirigirse a otro lugar.
Era tanta la urgencia por ir a miar que optamos por parquear el carro en un “camellón” y salir yo y el Fabela al monte a miar, mientras los carros avanzaban lentamente.
En el lugar gente sin sentido, alguna, otra no tanto. Demasiada influenciada por el Antropolis otra influenciada por el Iguanas u otros antros de la misma onda promotora de la corriente en cuestión. Mucho extranjero, bueno al menos mucho gringo.
Cerca del lugar había gente caminando desde un “estacionamiento” quizás provisional dirigiéndose al lugar. No dejaron pasar mas carros y tuvimos que dejar el carro en el lecho del Santa Catarina. En el siguiente puente después de la Corregidora. El trayecto y lugar me trajo recuerdos de la infancia, como cuando me limpie el culo con una piedra, como cuando caminaba entre cerdos por esas colonias, y ahora mientras escribo en el olor del pedo de un camarada.
Antes de llegar al estacionamiento el Pato consulto con un Transito de Santa Catarina la situación. O una u otra, el guey se paso de amable por el evento y seleccionaron a personal de alto pedorraje, el guey era joto, o era el Transito mas incorruptible del mundo. Lo digo ya que tenía una amabilidad que quitaba toda la desesperación de llegar al lugar.
Santa Catarina era el lugar del Tokin. Ciudad Textilera de origen ahora por cierto muerta en ese sentido famosa en el mundo por mmmmhhhh pos ¿por que? Por el Cartel de Santa nomas y es mas localero como la Coca-Cola en bolsa.
En fin, antes de llegar a la puerta del parque nos toco una fila que tenia ya de desarrollada unos 150 metros. Nunca supimos que tan larga llego a ser. La fila se debía al descontrol de los organizadores del evento en el flujo de los vehículos que ingresaban en el parque y los peatones.
Mientras caminaba al lugar del Tokin que eran alrededor de unos 500 metros me dije a mi mismo. “Que vergas estoy haciendo aquí” Bueno, esa pregunta me la hice mientras miaba en las orillas de Morones Prieto y en el estacionamiento provisional. Peor aun, Fabela había averiguado el Setlist y no incluía nada de Mano Negra, lo cual me habia decepcionado.
La aventura apenas había comenzado.
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