Había un guey que le daba vergüenza su estado de calvicie que siempre estaba con gorra y para nada se la quitaba.
En una ocasión en una cantina se hizo la bronca y a el lo aventaron lográndosele caer la gorra y quedar al descubierto su pelona. Este no reacciono al desmadre sino lo primero que hizo fue buscar su gorra entre las mesas para colocársela de nuevo.
Esas situaciones lo condonaban a no participar en ningún conflicto. Tanto asi, como cuando en una ocasión que no se podía poner la gorra debido a que iría a la boda de un familiar cercano opto por ponerse un peluquín. Todo era normal hasta que se hicieron los madrazos y estándole partiendo su madre a su cuñado el guey lo único que hacia era abrir cancha sujetando a su esposa hacia atrás del conflicto no metiendo mano para nada. Obviamente lo que le importaba era su peluquín, no la santa madriza que le pondrían.
24 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario