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13 de febrero de 2010

Cartas desde el frente. Por el chavo. 13-02-10. 2.

Calle desolada, de poco transito, se escucha a lo lejos el ladrido de un perro y el murmullo de la ciudad. Lucia vive en la zona centro de la ciudad de monterrey. Es una casona antigua, al amanecer se escuchan los motoristas que entregan los diarios cada día, ella despierta.

La casona es amplia, así lo quería Lucia, tanto por su seguridad como por el contraespionaje. Apenas en calcetas con un baby doll azul no escatima en su ternura. Es la única ocasión en que se siente ella misma, limpia de todo pecado, perversión o hipocresía. Sabe que le espera un arduo día. Caminando hacia el cuarto de baño dos cuartos más de su dormitorio, se le acerca Chito, su gato. Es un Chartreux, salta sobre ella y esta lo acaricia dándole cariños con su boca. Apenas llega al cuarto de baño y lo deja en el piso. Se dispone a darse una ducha.

Mientras se ducha, Lucia recuerda flashazos de lo que fue el día anterior. Sexo, asesinato, traición. Sentada en la ducha despierta al escuchar el maullido de Chito. No sabe que tanto tiempo paso, se le hace tarde. En un principio sabia diferenciar sus tres vidas, la pública, la privada y la de espía. Ha pasado por tanto que no puede separar tan fácilmente cada una de ellas, como en un principio lo hacía con facilidad.

Apurada en traje secretarial luciendo unas hermosas piernas cubierta con una sexy malla obscura, se dispone a salir de la casona no sin antes dejarle a Chito que comer.

Caminando por las calles del centro de la ciudad se dirige a la esquina de la casona donde se encuentra una base de taxis. Toma uno de ellos y se dirige hacia el palacio de gobierno. Saca de su bolsa apurada su agenda. Agenda, misma que es violada no teniendo una visión de lo que le deparara el día. Ante el gobierno tiene una agenda, ante el ejército no tiene nada. Saca de su bolso mientras ve la agenda un cigarrillo mismo que dispone a prenderlo.

- No puede fumar aquí Señorita.-

Le menciona el taxista en tono amable. Lucia sin decir más solo de da una pitada al cigarrillo mismo que tira por la ventanilla. Al llegar a la plaza de los héroes frente al palacio de gobierno baja del taxi. Se coloca unas gafas oscuras y camina hacia la entrada del palacio. Nota a los agentes de seguridad disimulándolo bien con sus gafas. Se percata que están los escoltas del Coronel Robles.

Al entrar al palacio, se identifica en la recepción. Un agente de traje la recibe y le pide su identificación, es nuevo, otro agente quien ya conoce a Lucia solo ve de lejos cerciorándose de quien le pide la documentación lo haga correctamente. Al ver su carnet habla el agente.

- Lucia Velázquez, 32 años, Asesora de Seguridad Nacional.-

Se le acerca al agente un militar quien también revisa el carnet.

- Pase señorita, que tenga un excelente día.-

Le menciona el militar mientras cortésmente Lucia se dirige a él.

- Igualmente Teniente.-

Caminando por los pasillos del palacio se quita las gafas, su belleza no basta para llamar la atención al retumbar sus tacones en los pisos de las salas casi vacías de muebles, con paredes largas y grandes ventanales. Dirigiéndose a otro punto de control vuelve a mostrar su carnet a una suboficial de la marina quien se encuentra sentada en un pequeño escritorio que esta junto a una puerta. En ella dos soldados de la policía militar hacen guardia.

- Buenos días Señora, el Coronel la está esperando.-

La suboficial toma el gusto de abrirle la puerta mientras los guardias en posición de descanso se ponen firmes y le hacen un saludo militar.

Al entrar a la habitación hay una serie de militares y personal de traje, todos ellos hombres. Pasa entre ellos para dirigirse a otro cuarto donde esta vez le abren la puerta cordialmente un militar quien hace guardia.

Dentro de la habitación, totalmente cerrada y sin ventanas se encuentran mandos del ejército y de la presidencia de la republica. 5 hombres en total contando al Coronel Robles. Sentados todos ellos alrededor de una mesa redonda.

- Lucia buenos días, te estábamos esperando-

El Coronel robles se levanta de su asiento y cordialmente con suma atención le abre una silla para que Lucia se siente, al igual, todos los presentes se levantan.

- Señores… como podrán saber Lucia fue clave para la realización y el éxito de la operación Castor, y será ella quien nos de los pormenores del éxito de tal operación. Lucia, en hora buena

Todos los hombres aplauden mientras Lucia saca de su bolsa un cigarrillo.

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