No es una revolución ideológica, no es una revolución en las normas, tampoco es una revolución en las tendencias, aparentemente si lo es, pero no. Es el origen natural de las cosas.
No hace poco más de década y media se empezó a hablar sobre la influencia genética que influía en la generación del homosexualismo. Pensando conservadoramente se decía que las tendencias al homosexualismo eran por trastornos físicos o psicológicos de las personas. La ambigüedad al ver a un homosexual en la familia era basada en esos términos. Lejos de la tendencia sexual de la persona las familias veían de una u otra manera su posible afectación en el individuo y técnicamente se avergonzaba siendo el caso no tanto de la persona, sino de la familia. Cuando se avergonzaban del individuo era por ignorancia general y simplemente lo definían con una sola palabra, perversión.
No estaban muy lejos de la realidad, al menos en un porcentaje bajo. Estudios científicos comprobaron que la genética tenía mucho que ver en la generación de homosexuales. Socialmente el origen natural de las cosas se estaba dando.
En la política barata en un principio se veían los partidos políticos con las corrientes ideológicas sociales. Conservadores, en pro de la vida, racistas o no, etc. Con todo ello y bajo el término supuesto de que el 10% de la población mundial es homosexual, no falto un grupo político que se aprovecho de las cosas y dar rienda suelta a una reforma en los matrimonios en el Distrito Federal.
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