El problema de ser carita. El Narco, el Grupero, el Junior.

Se acabaron aquellos tiempos donde había un metrosexual tipo Mauricio Garcés que tenia personalidad, presencia y un toque especial para con las mujeres. Aparte de todo ello su fisionomía atrayente a las mujeres.

Eso ya se acabo. Ahora, las tendencias es lo que marca la diferencia, la falta de inseguridad, el deseo sexual, tener lana es lo que marca al carita.

Dentro del junior (No hablo del personaje del Junior, hablo en general) Dentro del junior siempre es sabido de que la presencia de lana es la que manda. Mas sin embargo hoy en día son de los más culos y si acaso tienen alguna conquista es debido al futuro que busca la mujer, no el momento.

El Grupero está entre la espada y la pared. Trabaja para divertirse y en ese sentido cortejar. Vale madre su físico, mientras mejores botas y más fajado aunado a una buena camisa y un buen sombrero le bastan para ligar. El problema con el grupero es que siempre tiene competencia, ya sea legal o ilegal. De entre los ilegales a falta de personalidad y tener todo lo grupero siempre le llama la atención arreglar su vehículo y ser parte de una organización criminal. Lejos de que a las mujeres gruperas les asusta ello se excitan más.

El Narco. Los orígenes del narco pueden ser muy variados. Pero por lo general parte de un mismo sentido, la búsqueda de lana para tener buenos muebles así como buenas viejas.

Agh ya me aburrí de escribir. Mejor para acabar platicare de un guey, podría ponerla en la serie de Supe de un Guey pero da hueva.

Erase la historia (no recuerdo si ya la había contado)…

Erase la historia de un morro, de familia relativamente humilde siempre le gustaron los carros. No era como yo de morrillo, que me gustaban por el hecho de que representaba la funcionalidad y el hecho de ser fan de la fórmula 1. En este caso este morro el gusto por los carros era natural en el sentido de la relación carro-cortejo-respeto-presencia. En ese contexto el morro soñaba con un carro. Ya que lo tuvo siempre le llamo la atención arreglarlo y siempre le llamaron la atención los carros más grandes y mejores, camionetas y demás. Así fue como se lio…

Así el morro se juntaba con gente que poseía dichas unidades y así hizo su primera relación con el narco. Poco a poco se le dio la confianza y termino como un recaudador de las utilidades aportadas por las tienditas. La confianza de los líderes del narco que tenían para con él era debido a que el morro lo único que le interesaba eran los carros. No fumaba, no tomaba ni se drogaba. Se le dio un arma corta debido a su importante labor como narco.

Así, conoció dentro de su mismo ramo a una mujer de la cual se enamoro perdidamente. Aportaba dinero a su hogar y eran pocas las preguntas que hacían sus padres. Un día, por circunstancias desconocidas aquella bella mujer termino con él. Aquel morro se le había venido el mundo abajo. Tan importante en su función como narco se vio debilitado al írsele el amor de su vida.

No tomaba pero para ahogar sus penas compro algo de cerveza. Tomo. Eso no le basto y al tener a la mano la tan relegada y respetada mercancía se le hizo fácil para ahogar aun mas sus penas tomar un poco de ella. Se drogo.

Solo, en su imponente camioneta en una calle solitaria de la ciudad, ahogado en sus penas drogado y borracho, tomo la pistola que era para que se defendiera y se dio un tiro.  Aquella arma que le dio presencia, aquella lealtad y falta de vicios que le dio poder, aquella camioneta que le daba prestigio, no bastó para que el poder del amor acabara con su vida.

Aaaaaaaaagh que cursi no?

Bueno así paso. Hoy en día el padre del morro aquel siente cierto orgullo por su hijo y guarda las notas periodísticas del suceso.

Esto aplica al término de un post anterior, sobre el hecho de decir… “No todos los Zetas son malos”